Intento de Luna

Quiero que la Luna sea mi mascota. Hay una correa invisible que me une a ella pero es un fino hilo invisible que en realidad no ata. La verdad es que ella me pasea a mí, incluso me broncea de blanco en la noche. Durante el día duerme en el bolsillo de mi camisa de cachemir, a veces se descuelga como un reloj, a veces la suelto en el parque para que converse con los árboles. Me hace de traductora con los lobos. Es mi faro en el barco de mi cama (es sólo un bote individual) y marca la regla de mi corazón sangrante de celos y bombeante de dudas. Come lo que yo. Se disfraza con mis monóculos. Quiero ser la mascota de la Luna, le pedí una correa de rayos de Sol cegadores de oro. Soy un perro rubio. La verdad es que me suelta libre por los bulevares e impide que me mareé divirtiéndome DANDO vueltas en las puertas giratorias de los hoteles de cinco estrellas. Queremos girar como una pareja. Y exploto el pus de sus cráteres por Amor. Es mi globo rojo de no ficción.

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