Órbita

Las caricias de la Gillette Mach3 Turbo hoy son diferentes pues el rasurado perfecto sólo lo verán los gorriones que se posen, o podrá besarlo a la tarde el rey de las cervezas, Budweiser. No está siendo lo mismo montar a camello que fumarme un Camel. Por muy azul que sea el paquete, el cielo supera el deseo de pasear con mis viejas Adidas Gazelle. Una gota de Hugo Boss detrás de cada oreja para ordenar alfabéticamente los libros. La rugosidad del papel de Gallimard excitan mis ganas de evasión, nunca tanto Ralph Lauren me había ayudado a focalizar cada uno de los puntos y seguido. Mi cuerpo cada vez menos Danone, los envases serán para algodones y semillas. Me siento bien acompañado: no tengo nada de Ikea.

La cafetera y el gato

Ardía. El gato escapó a través de la puerta entreabierta hacia las escaleras. Bajó cinco pisos a pata, hasta el portal, hasta el portón azul. La ropa tendida mostraba la intimidad a los vecinos. Hubiera sido peor exponer otra intimidad: la de sus sentimientos. Algunos calzoncillos desgastados podrían ser perdonados, no por sus amantes. Humeaba. Las plantas de interior le regaban a él. Algunas pinchaban. Se concentraba en los rincones de los abrazos dados, en las esquinas de los pellizcos en las mejillas. Sin haberse dado cuenta del periplo, el gato regresó a la cocina con un mensaje escrito atado a su cascabel: no sufras más, el café está hecho.

Diurnos

Un hombre hecho y derecho en el centro de su pequeño jardín.

Un pilluelo de cierto pelaje recoge flores silvestres.

Una gato pregunta: ¿no os permiten deambular por  los tejados?

Una mujer encaja las patas de una silla y se sienta.

Un perro marca sus huellas en el paseo de la fama de su barrio.

Una niña descubre lo que es el eco.

Un pájaro aplaude a su público con su canto.





La vecina fantasma

Vi asomada a la chica de enfrente, tan inmóvil y blanca que parecía una escultura de mármol envuelta en una pijama de ositos pero, ¿un fantasma elegiría ese estampado? Mantenía el móvil posado sobre la oreja pero no articulaba palabra. Puede que saliese a la ventana para broncearse: los rayos de sol sobre su tez me rebotaron en los ojos y me cegaron.
Retomé aturdido mis quehaceres domésticos. Las chiribitas no me dejaban emparejar los calcetines. Cuando los fuegos artificiales cesaron, volví mi mirada hacia la ventana. No daba crédito: allí estaba el pijama de ositos erguido y vacío, y el móvil suspendido en el aire. Al sorprenderme, una de las mangas me saludó amablemente y la otra dejó el móvil sobre un macetero. Se dispuso entonces el textil a tender a la vecina, o a lo que parecía ser una especie de sábana santa de la vecina. La tendió al aire, con una pinza en cada hombro, en uno de los cordeles del tendedero común que daba al patio. Sólo pude decirle: me gusta mucho esa vecina, te queda muy bien, ¿dónde la has comprado?
¿Cuántas multas por andar por la calle en cuarentena me quieres?
¿Cuántas señales de humo?
¿Cuántas palomas mensajeras?
¿Cuántos paseos al perro?
¿Cuántas caricias a los gatos?
¿Cuántos guantes?
¿Cuántas mascarillas?
Yo te quiero un traje de aislamiento completo.
¿Cuántos collages me quieres?
¿Cuántas páginas finales de libros?
¿Cuántas conversaciones con los vecinos ventana a ventana?
¿Cuántos trinos de pájaros?
Yo te quiero una canción de Neil Young en bucle.

Público y telón.

- La torre era altísima, veía a la gente como puntos ...
- Calla de una vez, va acabar la obra.
- Los de atrás también murmuran. Díselo a ellos.
- Siempre tienes que tener la última palabra.
- ¿Puedes dejar de hablar tú ahora?
(Finaliza la obra. Aplausos atronadores).
- No te soporto.
- ¿Cómo? Yo también te quiero.
(Aplausos aún más atronadores)
- No tienes respeto por Chéjov.
(Más aplausos atronadores. Silbidos)
- ¿Cómo? No entiendo qué hacemos aquí teniendo Netflix.
(Los actores se retiran. Cesan los aplausos. Repentino silencio sepulcral)
- ¡¡¡Que quiero el divorcio!!!
(Repentino silencio desconcertante).

(APLAUSOS ATRONADORES).

Ficción-No Ficción 🔴

- Todo ha sido consecuencia por tus malditos relatos sobre vampiros.
Su respiración abultada, ronca pero agradable por cuanto podía ser peor. La tez de la cara pálida.
- ¿Dónde está?
Abrí el armario y allí se encontraba. El bochorno era eterno.
- Con él por los siglos de los siglos cobra sentido. Estaba harta de que me leyeras cada cambio en los finales. Yo no pedí esto tampoco, pero ahora quiero el divorcio.
- Los vampiros no existen. ¿Cómo puedo recuperar lo nuestro?
- Escribe sobre un escritor no frustrado.
No tengo público, mi público soy yo
los tomates los como, aplaudo a los gatos
escribo para mi estómago, siempre se sienta en primera fila.

No tengo público, mi apuntador soy yo
los dedos orquestan, ensayo interior
escribo para mi voz, lo siento, sólo hay una entrada y la compró mi espejo.

Soy mi acomodador, ilumino mis impulsos,
mediocres o no da igual porque no tengo público,
el único público soy yo.

No tengo público, si lo tengo es mudo
crítico reflejado en mis anteojos, me ahorro los abucheos
me aprecio desparramado en platea alta.
 
[Lo que escribo es mi hoja de reclamación]

🔷🔷✈️


OJOS AZULES (planetas tierra)


tan redondos que se aprecia la curvatura convexa
desde la cabina del piloto de los míos, sin frenos

alas, venas,
guiño, timón

cielo de pérgolas de párpado y sombrillas de pestañas

palmera, tumbona
pai-pai, motor

sería necesario una visita guiada para el misterio
de las nubes de sus cejas, playa

helados de sol, tanque
lágrimas, turborreactor

fotogramas de película muda cuando bizquea

islas para hacer reír y aterrizar la tristeza que deshace el blanco de esos icebergs

ojos azules como granizo dañan y marcan un camino que apedrea mi concentración

turbulencias
¿Cuántas velas prendidas me quieres?
¿Cuántas arias de Maria Callas?
¿Cuántos rotos en las medias de rejilla?
¿Cuántos bastones de marfil?
Yo te quiero cuarenta y ocho horas ininterrumpidas de boleros.
¿Cuántos kilos de pólvora me quieres?
¿Cuántos animales liberados del zoo?
¿Cuántos cuervos blancos?
¿Qué tirada de una primera edición?
¿Cuántas lágrimas de la lámpara?
¿Cuántas mentiras piadosas me quieres?
¿Cuántos días de vacaciones?

Yo te quiero toda la filmografía de Pasolini.
Yo te quiero todos los poemas de Wallace Stevens.
Yo te quiero toda la discografía de Chet Baker.