Hamlet shore 💀
Ofelia me está esperando en la piscina del hotel. La estoy observando
desde el noveno piso del conglomerado de apartamentos. Se está haciendo
la muerta, flotando con su biquini de estampado de nenúfares. Mi tío nos
ha mandado aquí unos días de vacaciones. Pero algo podrido huele desde
el chiringuito instalado al lado de las tumbonas. Dudo sobre qué
ingrediente secreto estarán echando a los combinados. Horacio se
encuentra indispuesto en la habitación número 23. Laertes me retó
a hacer balconing y me lo tomé como una forma de envenenamiento. Yo he
comprado mi propia cerveza, pero al abrir la nevera absorto en mis
pensamientos se me apareció mi padre en forma de espíritu reprochándome
por qué no estaba en el castillo defendiéndolo de la invasión. Cerré la
nevera. Reparé en que alguien se encontraba detrás de las cortinas. Me
di cuenta porque sobresalían unas sandalias con calcetines. Me dirigí
hacia ella con sigilo y resultó ser Polonio, diciendo que no sabía cómo
había llegado allí, que no recordaba nada. Tuve que matarle de un golpe
con el cráneo que llevaba siempre conmigo en la maleta. Las mallas
empezaban a apretarme, y no me veía muy favorecido con aquella camiseta
del mapa de Palma de Mallorca. Soy un príncipe y tengo a un centinela
siempre guardando mi ropa de baño secándose, le pedí que se retirara. El
comentarista del Tour de Francia me hacía de soliloquio. Por fin sentí
que me quedaba solo: comerme y beberme lo que hay en el minibar, esa es
la cuestión.
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