Hollywood

Cuando aquella tarde quedé con Pedro, lo primero que me dijo, gritando casi a distancia, después de susurrar "hola" fue: quiero ser actor de Hollywood. Mis cejas hablaron por sí mismas: no sólo deseaba ser actor, sino "de Hollywood". Ahí me di cuenta de que Pedro sufría un leve delirio de grandeza o simplemente una ilusión desmedida que no debería juzgar. -Yo siempre te apoyaré en todo. Para mí Pedro era guapo. Me recordaba a Marlon Brando en un Tranvía. -Es algo muy difícil, pero si crees fuertemente en ello, el proceso será de por sí un triunfo. Sentía que deseaba ser famoso, daba igual la disciplina, al mismo nivel que podría serlo, por ejemplo, un psycokiller. Al ser de mi edad y musculoso, le comenté que daría el perfil para secundario en películas de acción. -¿Cómo que secundario?, ¿Qué eres director de casting? -Sólo quería ser amable. Nos dirigimos a la casa de sus padres (vacía de muebles, sólo un sofá desvencijado, unas matrioskas sobre el televisor y una alfombra turca inmensa). -Siéntate. Lo hice sobre la alfombra. Trajo dos cervezas y dos cojines y nos tumbamos como dos Aladines. Empuñó el mando a distancia como un puñal. - Quiero ver Zombieland. Es una comedia sobre zombies. -Pedro, no te veo como zombie, eres demasiado atractivo. -¿Qué eres, también maquillador?. -No. Si te dieran el Oscar, a quién se lo dedicarías? -Juan, te lo dedicaría a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario