en mi boca
cigarrillo encencido por el sol
sentir el candor
de estar un poco vivo
pero no tanto
ni tan hondo mi olor de bípedo
pudriéndose
La frontera entre la piel y
el cerebro
sonríe
cansada miente,
las piedras ya no importan
sólo la primavera sobre el cuerpo
esquelético
de dudas
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