10:30 a.m. [El ensayo de la cantante de ópera]

Ayer fue un concierto de violín a la hora de la siesta
Hoy los gorgoritos espectrales de la cantante de ópera me despiertan
Dormir sobre el techo de un teatro te sirve de alarma
Las lámparas de araña vibran
El arte no parece fascinante cuando es obligatorio
Silencioso desconcierto cuando observo desde la ventana del cuarto lo plano de los colores de las traseras del Teatro Nuevo Apolo
Un vacío interior propio
Privado de ventanas
La claraboya, la chimenea
Sé que están ahí abajo 
Les estoy pisando las ideas
Yo soy mi obra, la que no ve el público
Pero oigo sus aplausos
No saben que yo estoy sobre sus cabezas deambulando en pijama
Cuando silban quizás sea porque no les gustan mis zapatillas de casa. Pero en este caso
Es la soledad del vecino sobre la soledad de la cantante de ópera sobre el escenario
Vibración de monstruosa feminidad
Ecos de oro
Me horripila someterme a la invisibilidad de mi aturdimiento ante una demostración de tormento vocal
No reconozco qué interpreta
Tanta sensibilidad me desagrada tan temprano
Soy un macguffin pero no sé de qué trama
Pero mi próxima escena será en el baño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario