Diarios de Toulouse. Cafeteras de papel. Cafetera #1☕


Siempre tenía clases por las tardes. Las mañanas libres como un pájaro. Compartía piso con una chica colombiana y una chico coreano adinerados. Yo me decía, yo soy adinerado en creatividad. Algo también compartíamos, la cafetera XXL de la cocina. Ellos también tenían clases por la tarde y eran libres, pero yo era el primero que me despertaba. Una mañana de noviembre, ante el abatimiento de la espera en que surgiese como un volcán el café, me hice durante esos minutos de papel escolar y un rotulador negro y sobre un mapa de Toulouse, y con la nevera como único profesor observante de dibujo, tracé mi primera cafetera de papel. Y así cada mañana, y luego así también casi durante los últimos diez años. Sin elegirlo desarrollé una serie para poner a prueba mi imaginación. Esos primeros albas, y tras los sorbos de droga blanda, me dirigía a paso de monje despierto o militar cansado a mi templo: La Mediatheque. Nunca he sido tan culto. Por las orejas y el corazón toda la discografía de Françoise Hardy, por los ojos y el estómago la filosofía de Michel Foucault. Cada amanecer dibujaba cafeteras, escuchaba y leía. Después de la clases de francés observaba atardecer sobre el río Garonne.

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