Biblioteca interior

Autoficción. Al levantarme optimista, la mañana es poesía y a cada sorbo de café una estrofa. Al salir por la puerta ya es prosa. De camino pensamientos epistolares dedicados a Carlota o Beatriz. Mezcolanza de géneros al entrar al trabajo y al salir siempre versos libres, blancos, la sonrisa avuelapluma. Hago apología del naturalismo vistiendo pero mi cabeza es ciencia ficción. Quedar con amigos es una enciclopedia, un librillo de historia. Cuentos al volver a casa, el reposo de un héroe romano al posar la cabeza sobre la almohada. Todas nuestras vidas son bestsellers. Algunos son felices siendo la suya un fanzine underground. La familia, catálogo de amor obligado. Unos son La Biblia y otros La Odisea. La vida es un teatro pero a veces siento que es un manual de mueble de Ikea o un prospecto. Anhelo las notas de amor pegadas en el frigorífico, los post-it con ideas nuevas. Sueño novelas rosas en ediciones bilingües. En los animales siempre veo fábulas y hasta que llegue el reposo de cuadernos de botánica, me planto en la tragicomedia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario