🦇🦇🦇🦇🍭🍭🍭 (sopa)

Mantenía dentro de una caja de zapatos a varios murciélagos bebé. Al haberlos visto caídos bajo el árbol como galletitas andantes, no pude resistir la compasión hacia mis compañeros e hice unos agujeros en la caja mientras tanto. Había quedado con Amanda en que vendría a verme a casa y no estaba dispuesto a que los descubriese. Le parecería raro algo que a mí me enternecía como una mascota más. Absorto en mis pensamientos pisé sin querer la caja, y aturdido, los cogí con mis manos y los metí en la sopera de porcelana. Sonó el timbre. Era Amanda. Los murciélagos bebé gritaban, intentaban escalar el interior de la pieza resbalando y los ultrasonidos que emitían eran insoportables. Mentí a Amanda, le dije que lo que escuchaba era mi estómago. Era febrero, hacia frío y quiso prepararme una sopa de tomate. 

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