Charca

Es la hora de la comida. Un mazo sobre la mesa. Me estoy volviendo loco o aburrido. Me daré un baño en la charca de libélulas. Paro seco. Un pie sumergido. Hormigas de buda sobre mi palma de la mano terráquea del mundo. El agua forma un monasterio de almas movedizas. Reflejaré mis dudas de plata en las escamas tornasoladas de los peces. Hundiré mis miedos rasgados bajo el barro. Rezaré amarillo mi esperanza a los renacuajos.

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