Salón de campo (chimenea)
LA CHIMENEA es una enorme radio de mármol
de frecuencias de marcos del pasado, como bolas
de cristal de madera que adivinan lo que ya
todos sabemos: pigmentación de caras de plata
los sombreros de paja colgados como fantasmas
con cabeza, insolados de verano, lacios de lazos
cumpliendo otra función que no es: rellenar el vacío
los jarrones que pesan sudor de manos agrietadas,
con secretos dentro que los convierten en instrumentos
musicales, el oro del reloj de ciervos marca berridos
supersónicos: no importa las dos de la tarde
{hay un cuadro dado la vuelta
nadie sabe nadie pregunta
es un recuerdo castigado
la silla de mimbre es tan baja que a uno
lo pone al nivel del fuego
el fuego es más alto
el fuego es un palacio}
el bolígrafo ha reventado en el bolsillo del jersey
de punto, es insalvable, la tinta gotea sobre la alfombra
el lamparón es un poema que mancha, que no ilumina
que oscurece, que no podrá salvarse de la ceniza.
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